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- Mis padres murieron hace ya varios años. Recuerdo que en la carta salía su testamento, y su legado... en la última frase de esa fatídica carta ponía <<Se libre... libre como el viento>>. Mis padres siempre quisieron que viera mundo, así que, ¿por qué no? Cogí el Pokémon que me regaló mi abuelo y emprendí un viaje por la región, dejando a mi hermana pequeña sola en casa. A la vez que recorría cada pequeño rincón de nuestra gran y "colorida" región, mi abuelo me regaló una Pokédex, para que pudiera recoger información de los denominados Pokémon.
- Hace ya varios meses de aquello. Hoy, justo hoy, es el día en el que voy a luchar por la séptima medalla de Kanto y el octavo aniversario del fatídico día en el que ese accidente en el laboratorio de una extraña isla acabó con la existencia de mis queridos padres.
Vaya, así que este el Gimnasio Canela... Uhm, voy a dar lo mejor de mí. Vamos allá, ¡adelante Lighting!
- Acaricié a mi querida Jolteon, de nombre Lighting, y entramos en el edificio para vencer al poderoso Blaine, líder de Tipo Fuego y señor de los acertijos. Cerré la puerta con sumo cuidado y me adentré a la oscura sala, tras dar varios pasos unos focos se iluminaron y me dí cuenta de que nos encontramos en una plataforma de metal sujeta con cadenas de titanio encima de un vasto lago de magma.
¿Así que has venido a desafiarme eh? ¡Qué así sea! ¡El coliseo en llamas ha aceptado tu petición!
Raro o no... ¡Soy el séptimo líder, segundo más fuerte de Kanto y dominador de las llamas!
¡De acuerdo! ¡Empecemos cuanto antes!
- Blaine le ordenó a su Camerupt que atacara con un gran derribo hacía Light pero yo con astucia le ordené que esquivara el ataque mientras excavaba en el suelo. Durante unos segundos su Pokémon estuvo confuso y mientras el mío estaba a punto de atacar desde tierra.
- Justo cuando Lighting atacó, su Camerupt retrocedió tal como le dijo su entrenador.
¡No pienses que te lo pondré fácil!
Astuto, sin embargo, ¡yo lo soy más!
- Ésta vez, le ordenó a su Camerupt que hiciera un Derribo mientras preparaba el Estallido, su ataque más potente. Mi Jolteon pudo esquivar el ataque y le dí señas para que atacara con rayo —en plena suspensión— lo más deprisa posible. Así lo hizo y el ataque, aunque no le afectara a Camerupt, el Rayo eléctrico explotó junto al Estallido que estaba a punto de lanzar.
¡No está mal! Pero ahí viene mi segundo Pokémon... ¡Adelante Arcanine!
Será mejor que saque a Nidón... descansa Light.
- Mi querida Jolteon se puso detrás de mí para descansar, es mi mejor pokémon —y de hecho el primero que obtuve— pero necesitaba descansar. Así que saqué a Nidón, mi gran Nidoking.
- Mi Nidoking usó terremoto sobre su Arcanine sin embargo él saltó a alturas vertiginosas —como le ordenó Blaine— y desde ahí envió una potente llamarada en cruz hacía mi pokémon. Fue un potente ataque pero lo resistió.
- Justo cuando Arcanine aterrizó en el suelo. Nidón le debilitó de un golpe con un gran y destructivo Perforador. El ataque fue tan grande que empujó a Arcanine varios metros hacía atrás.
¡Wow! ¡Ha sido un golpe espléndido!
Gracias, pero el combate aún no ha terminado.
¡Tú mismo lo has dicho! ¡Adelante Magmortar!
¿Qué es lo que te impulsa a luchar?
- Esas palabras calaron muy dentro de mí, sentí que me mareaba, varias imágenes empezaron a inundarme la cabeza...
~O~
Y tu Gary... ¿por qué quieres conseguir medallas?
¿Qué? ¿Qué es lo que te pasa? Ya no eres el mismo.
Está bien, si querías estar solo, lo has conseguido... —dijo mientras se iba enfadado y decepcionado a la vez—.
- Siempre me hacía el fuerte, incluso muchas veces arrogante. No quería parecer débil. Ese accidente cambió mi vida para siempre, a veces, envidiaba a Rojo, él aún tiene a su madre...
~O~
- Sin darme cuenta, abrí los ojos de nuevo. Me había olvidado del combate, Blaine esperaba para seguir.
Entonces, sigamos con el combate.
Tienes razón. Nidón, ¡usa Ultrapuño!
- El Nidoking acató mis órdenes con mucha rapidez a la hora de ejecutar el ataque. Así mismo, Blaine también ordenó a su Pokémon más poderoso —el Magmortar— que usara Puño Fuego. Los dos pokémon chocaron con mucha potencia y salieron disparados hacía su propio campo respectivamente.
¡Nidón! ¡Haz lo qué tu ya sabes!
- Nidón usó el ataque que yo le indiqué, era una potente Hidrobomba que aprendió misteriosamente en una ocasión. El ataque impactó con el Magmortar y lo empotró contra un muro de piedra que había en el coliseo. Blaine fue corriendo hasta él para socorrerlo.
- Esa escena me hizo desprender varias lágrimas de mis ojos. Me hizo recordar ese día en el que mi Raticate murió a causa de una enfermedad. Me dolió mucho, ya que no podía soportar la idea de que había perdido a otro ser querido. Le enterré en la Torre Lavanda con mucha tristeza. Desde entonces, me es demasiado difícil capturar a pokémon sabiendo que podría perder a otro ser querido...
Debo llevarlo al Centro Pokémon de la isla... ¿Me acompañas?
- Acompañé a Blaine al Centro Pokémon, al final no fue tanto, y dejaron al Magmortar en una sala de rehabilitación. Blaine y yo estuvimos en la sala de espera.
No, sí ha sido algo. Te lo agradezco. Y por cierto, debo darte la Medalla Volcán, me has vencido en toda regla.
Y también... me gustaría darte este Pokémon... Eclosionó hace poco, es un Growlithe, seguro que le gustarás.
- Ese tierno y cariñoso Growlithe me lamió la cara con mucha alegría. Parecía que le gustaba de verdad. Decidí aceptar su regalo y quedarme a ese afable cachorro. Empecé a tomarle mucho cariño sin embargo, eso era también una de mis preocupaciones ya que no soportaría perderlo...
- Tras pasar la noche en el propio Centro Pokémon, partí de Isla Canela y me dirigí hacía mi último destino antes de la gran Liga Añil, Ciudad Verde. También he reflexionado... durante este viaje, me he sentido genial, me he sentido libre... Me he sentido Libre como el Viento.
- The End~