Reborn in the Darkness/Prólogo

Los Hilos de la Vida

Debajo del mundo, donde nadie ve ni siente, donde las cosas no siguen el orden natural, se esconde un lugar. Un lugar que nunca ha sido descubierto por nadie en vida, ¿porqué?

En ése oscuro lugar... viven una infinidad de Pokémon, todos ellos con algo en común: están muertos. Y aún hay más: todos son de tipo fantasma o siniestro, oscuros y malévolos. 

Muchos de ellos han cometido pecados durante su vida, y por eso ahora mismo, se encuentran en el Salón de la Vida, una negra sala llena de hilos finos y resistentes. 2 Pokémon fueron asignados a cada hilo, y esos hilos representan la vida de una persona.

Un desgaste, es una enfermedad. Un corte, la muerte...

 Sujeto 40402, es un Servine de Ciudad Celeste.

 Procedamos a ello, ¡Fuego fatuo!

El ígneo ataque calcinó el hilo de esa joven Servine, que con tan sólo 12 años ya estaba abandonando la vida...

~

 ¡No! ¡Servine! ¿Qué te ocurre?

 ¡Servine! ¡No puede estar pasando! ¡No puedes estar muriendo!

 ¡TE QUIERO, SERVINE!

~

 Recordatorio a todos los Pokémon de la Sala de la Vida: Todos los hilos cortados deberán ser entregados al final del día en la caja que se encuentra en la puerta, etiquetados con el número.

 Spiritomb, vigílalos. 

 Sí, superior Dusclops.

Dusclops era uno de los comandantes de la Sala de la Vida, el encargado de supervisar los trabajos y castigar a los rebeldes.

 ¡Venga vamos, todos a trabajar otra vez!

 Este parece el sujeto 00819... Un Meowth. 

 ¿En... Pueblo Caelestis, de Sinnoh?

 Mandibuzz, no te entretengas tanto, ¡y corta el maldito hilo!

 Eh... Claro, señor. 

 ¡Ala de Acero!

El duro y robusto ataque provocó un corte perfecto, justo en el medio del hilo, provocando su corte y el paro del corazón de su propietario.

~

 Hoy hace un día precioso...

 ¿Pero qué me está...? ¡Ayuda!

 ¿Qué broma haces ahora? 

Pasaron unos segundos y Meowth no respondió. Growlithe se giró extrañado cuando...

 ¡Dios! ¡Hay que llamar al servicio urgente!

 ¡Blissey! ¡Ayuda!

Apareció una dulce Blissey preparada para realizar un reanimamiento con el desfibrilador a la víctima, pero ya era demasiado tarde.

Meowth... había muerto.

~

 Bien, por hoy ya hay suficiente. Quiero que contabilicéis cuantas muertes habéis provocado en todo el día.

 ¡Señor!

 No me gusta que me interrumpan, pero tienes mayor rango. ¿Qué ocurre?

 El jefe necesita ya los hilos. Dice que se trata de una urgencia.

 ¿Y no te ha dicho nada más?

 Negativo.

 ¡Ya le habéis oído! ¡Nada de recuentos! ¡Todos los hilos en la caja!

Los numerosos Pokémon que habitaban allí, iban depositando los cortes, clasificados por el género del Pokémon. En total habían caído 278 personas, 278 almas por las que velar.

 Voy a traérselas ya mismo al jefe. ¡No podemos esperar más!

 ¡Dusclops, encárgate del resto! ¡Gengar, acompáñame!

 A tus órdenes, Spiritomb.

 Venga, todos a descansar. ¡Necesitáis recuperar lo poco que perdísteis para mañana, VAGOS!

 Hoy vamos a tener que castigaros a todos, ¡aquí tenéis un poco de algo que os gustará!

Un rayo de luz penetró del másallá en la instancia, de un origen desconocido. Los Pokémon más débiles sucumbieron y finalmente desaparecieron. Los demás, con penurias y mucho es fuerzo, consiguieron resistir.

 Ya hubo suficiente. ¡A descansar, en dos horas volvemos al trabajo!

Cada veinte horas, se les concedía un descanso de dos para que recuperaran sus poderes perdidos durante la jornada, para proseguir en la siguiente. Dusclops era el que regulaba esos horarios, y los hacía ir y venir a su conviniencia.

~

 Hoy está algo raro el jefe, vamos a traerle los resultados del trabajo, a ver qué pasa.

 Comprendo. 

 Veo que llegamos. Te espero aquí, Spiritomb.

 Muy bien.

Spiritomb entró en una sala toda oscura...

 Hombre, ¿vienes a traerme los hilos del día?

 Señor. Aquí tiene el cofre... -pronunció, entregándoselo-

 Bah.

 ¡Largo de aquí! ¡Fuera!

 ¡A-a sus órdenes!

 Mañana quiero más esfuerzo, ¡¿entendido!?

 ¡Por supuesto!

Continuará...