Visita nocturna
Esta noche no he dormido nada. Y no fue por los ronquidos de Topacio. Estoy inquieta. Mi entrenamiento me había enseñado a escuchar al instinto y el mío me dice que algo iba mal. Me han encontrado. Me deslizo fuera de la cama procurando que no chirríe y salgo de puntillas de la tienda. Y lo veo a la entrada del campamento esperándome, obviamente dispuesto a atacar si es necesario.
Runë... Supongo que sabes a qué hemos venido.
Entonces supongo que conoces la respuesta, Xenzer.
Su risa es un frío sonido metálico. La misma risa que yo antes creía cálida y agradable.
El caso es, Runë, que no tienes elección.
Puedo perfectamente contigo.
Ladea la cabeza.
Sí... Es bastante probable, pero el caso es que no he venido solo.
En ese momento salen de las sombras una docena de pawniard.
¿Y bien? ¿Vas a entregarte?
Miro uno por uno a los pawniard. Tienen la mirada triste y se les nota que les están obligando a hacer esto, que no quieren hacerme daño. Pero no tienen elección. Y yo tampoco. No puedo volver allí. Ya no. Me pongo en posición de ataque y entrecierro los ojos.
Adelante. Usa toda tu fuerza.
Jade, hoy estas muy callado, ¿Te ocurre algo?
No... Estoy bien.
¿Ah, sí? ¿Seguro que no estás molesta porque Rubí te confundió con un chico y yo le seguí la corriente? ¿Estás segura de que eres un pokémon completamente normal? ¿Estás segura de que no se qué lo que significa la marca de tu mano? Porque si para ti eso es estar bien es que siempre estás en algun lío.
No se que contestarle. Mi vida es un lío.
Pero Runë, lo que no puedo comprender... Es por qué lo mantuviste en secreto. Muchos como tú vienen aquí a hacerse más fuertes... Cuando terminan allí, claro.
Me quedo en silencio. No sé si responderle o no.
No estás obligada a responder, pero es mi trabajo mantener a salvo este campamento y no voy a permitir que por tu culpa deje de ser seguro.
Se rodea para marcharse.
Y te juro que si le haces daño a Rubí... Lo pagarás muy caro.